Todas las personas y organizaciones quieren ser parte de una gran historia, lograr un impacto que los trascienda. Sin embargo, a muchas les ha costado poner en palabras emocionantes por qué trabajan y cuál es su valor diferenciado; luego contagiar esa visión a sus colaboradores para que sean parte y se sientan orgullosos de pertenecer a esa organización y que se concrete en acciones coherentes con esa identidad.
Estas son las instituciones que ven a sus colaboradores como su problema y no su mayor potencial. Y para los líderes, lo que en un principio fue un sueño esperanzador se convierte en una rutina llena de problemas donde olvidan el por qué comenzaron y su propósito.
Conscientes de esta realidad, apasionados del poder humano deciden crear GROW para acompañar a las organizaciones a generar esas condiciones. Su trabajo diario: transformar la obligación en pasión para liberar potenciales humanos, ayudando a los miembros de cada equipo a encontrar esa motivación intrínseca que los haga despertar con una gran sonrisa todas las mañanas porque saben que con su labor están impactando positivamente a su entorno y generando un legado para las generaciones futuras.
Su metodología en Identidad Cultural actúa en los individuos y equipos como un proceso de diálisis que desecha todo aquello que no son para encontrar una IDENTIDAD auténtica que conecte, inspire y movilice a los otros bajo una INFLUENCIA funcional y orgánica. Logrando así, comunicaciones y dinámicas más efectivas que generen un IMPACTO trascendente a las comunidades más cercanas y al ambiente.
Tener una Identidad Cultural ayudará a reducir la rotación de personal, mejorará el ambiente laboral y comunicarán de forma coherente lo que son interna y externamente para lograr tener empresas más productivas, felices y sustentables.